Somalia (nombre oficial, Soomaaliya, Somalia), república del África oriental, limita al norte con el golfo de Adén, al este y sur con el océano Índico, al suroeste con Kenia, al oeste con Etiopía y al noroeste con Yibuti. Tiene una superficie total de 637.700 km². Su capital es Mogadiscio.
El clima puede ser tropical, subtropical, árido y semiárido.
La vegetación se compone fundamentalmente de grupos de raquíticos arbustos espinosos y acacias. La superficie boscosa supone tan sólo un 11,2% del total. En las laderas de las montañas crecen árboles autóctonos de los que se obtienen el incienso y la mirra, mientras que en la parte meridional del país crecen eucaliptos, euforbias y caobas. Entre las abundantes especies animales se encuentran el cocodrilo, el elefante, la jirafa, el leopardo, el león, la cebra y numerosas especies de serpientes venenosas.
Somalia cuenta con escasos recursos naturales; el porcentaje de suelo cultivado es del 1,7%. Los pastos se utilizan para alimentar al ganado. Las principales regiones cultivables son las fértiles tierras de los valles del Yuba y el Shebelē y algunas áreas costeras. Aunque cuenta con una gran variedad de minerales los yacimientos permanecen sin explotar en su mayor parte. Existen depósitos de petróleo, cobre, manganeso, yeso, hierro, mármol, estaño y uranio.
Somalia se ha visto envuelta en un enfrentamiento civil desde 1991, tras el derribo del gobierno nacional. Desde entonces, se ha descuidado el medio ambiente del país mientras las facciones rivales se enfrentaban por el control político. Es uno de los países menos desarrollados y más pobres del mundo, con un 75% (1990) de su población activa dependiente de la agricultura. Sólo el 1,7% (2003) del suelo del país es cultivable, y el 0,319% está irrigado. El sobrepastoreo, la deforestación y las periódicas sequías han dado lugar a un proceso de desertización. Exclusivamente el 29% (2004) de la población tiene acceso a agua potable, consecuencia de esta deficiencia es que cerca del 75% de la población tiene parásitos intestinales. Sólo el 0,74% del suelo de Somalia estaba oficialmente protegido antes de la guerra civil. Aún cuando el gobierno nacional estaba en el poder, las zonas protegidas padecían caza furtiva, tala y pastoreo ilegales. En el país habitan 64 especies animales amenazadas. Somalia ha ratificado acuerdos internacionales que protegen a las especies en peligro de extinción. También ha firmado acuerdos que limitan las pruebas de armamentos nucleares, residuos peligrosos y contaminación marina.
En 2008 Somalia contaba con una población de 9.379.907 personas
La religión oficial del país es el islam, y la mayoría de los somalíes profesan el culto suní. Los idiomas oficiales son el somalí y el árabe, aunque también se hablan inglés e italiano.
Antes del estallido de la guerra civil a comienzos de la década de 1990 la educación era gratuita y obligatoria para los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años. El índice de alfabetización creció desde un 5% a principios de la década de 1970 hasta un 24,1% de adultos en 1995 como consecuencia de la intensa campaña a favor de la alfabetización realizada por el gobierno. En el curso 1985–1986 estudiaban 196.496 alumnos en las escuelas primarias. La tasa de escolarización en enseñanza secundaria era del 5,1% y en enseñanza superior del 2,3 por ciento. El estallido del conflicto ha tenido consecuencias negativas para la educación al provocar el cierre de la mayoría de los centros educativos, así como de la Universidad Nacional de Somalia (1954) con sede en Mogadiscio.
Los hospitales y la asistencia sanitaria en Somalia es gratuita. No obstante, a finales de la década de 1980, los medios de que disponía el sistema de salud disminuyeron drásticamente debido a la asistencia que hubo de prestar a los más de 600.000 refugiados procedentes de la región etíope de Ogadén y como consecuencia del estallido, a comienzos de la década de 1990, de la guerra civil en el país. La esperanza de vida se sitúa en torno a los 49,2 años y la tasa de mortalidad infantil es de 111 fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos.
A comienzos de la década de 1990 la guerra civil había sumido a la economía del país en un estado de quiebra total. Antes del conflicto, la economía se basaba fundamentalmente en la cría de ganado y en el cultivo de algunas regiones, sobre todo en el sur. Hasta esta fecha el gobierno había hecho intentos de diversificar y modernizar la base económica del país a través de una serie de planes de desarrollo ejecutados gracias a las ayudas y préstamos internacionales. A finales de la década de 1980 la distribución del producto nacional bruto era de tan sólo 290 dólares per cápita, una cifra que en los últimos años ha caído hasta 36 dólares per cápita.